domingo, 6 de agosto de 2000

El artista presenta una serie de óleos sobre un soporte circular de 1,20 y 2 metros de diámetro que son una selección de unas 100 obras del mismo formato que constituyen una completa investigación que el artista realiza desde hace dos años en torno a los tondos.

Con esta investigación el pintor busca resolver la problemática que presenta un soporte circular como lo es, entre otros, el hecho que no tiene posición ni lados como un soporte tradicionalmente cuadrado. “El circulo es una figura misteriosa y resolver la obra en este formato fue un trabajo que lo fui entendiendo al círculo número 30. Requiere de una persistencia para que el formato te entregue pequeñas claves para solucionarlo”, explica el pintor.

Fernando Cifuentes Soro, pintor y escultor, nace en Santiago de Chile 1957, egresa de Arquitectura de la Universidad Católica de Valparaíso. Ha expuesto tanto en Chile como EE.UU. en muestras tanto colectivas como individuales. Su trabajo aborda diferentes formatos no sólo escultura y pintura, sino que también instalación. Se ha desempeñado como docente en la universidad UNIACC y actualmente imparte clases de pintura en el Espacio K.

Según Fernando Cifuentes Soro… “Esta obra nueva es una continuidad del estudio del color y la mancha, pero esta vez replanteo el formato, algo que ya vengo realizando hace tiempo. El 2002 trabajé con una instalación de piezas volumétricas pintadas que se colgaron, después volví a la pintura propiamente tal, y ahora estoy en el estudio de los tondos o pinturas circulares”.

“El 2005 una galería invitó a varios artistas a trabajar con un círculo, pero la obra que te entregaron era de tal tamaño que el cuerpo no alcanzaba a estar dentro de la obra. Así, apareció la tremenda investigación del soporte de lo circular, y la medida que relaciona el hombre y el círculo, una problemática que no es de ahora y que ya estudió Leonardo da Vinci. El tema es cómo se mide ahora, en el siglo 21, la relación cuerpo-círculo. Pero también está la mancha, qué significa como signo. Por otra parte, lo interesante de aquella muestra es que sólo se usó el círculo como soporte, pero nadie investigó del círculo mismo”.

“Lo bonito de meterse con la figura circular es que la figura misma tiene mucha significación. La primera pregunta con la que te encuentras es que al terminar una obra, y que parece de una obviedad brutal pero que es preciosa, es la pregunta sobre cuál es la posición de la obra. Es una problemática de todos de todos los tiempos, la de la ubicación, la posición. El clásico cuadro tiene la posibilidad de los lados del cuadro, tiene cuatro maneras. Pero el círculo tiene 360 posibilidades ¿entonces cual es su posición? Puedes inventar mil modos de la obra”.

“Al partir los círculos encontré que el diámetro hacía el lado. Siguen estando las 360 posibilidades, pero hay una ubicación. Puede ser horizontal o vertical, eso ya es otra investigación muy bonita. Primero pensé en separar el círculo, pero cuando lo pinté vi que tenían un lado y trabajé con ese lado. Uno siempre cree que el lado es algo exterior pero en el caso del círculo el lado es su centro. Yo siempre supongo una ubicación, un norte. Pero el observador puede construir su propia posición frente a la obra”.

“Por otra parte, ¿cómo lo haces para que el círculo no recuerde a un planeta y que sea en sí mismo una proposición que no tenga una relación directa con la naturaleza? Apareció entonces la problemática de que no parezca una representación de lo que el ojo ya tiene resuelto, los signos con los que vive, como lo son los planetas, por ejemplo”.

“Estos cuadros exigen una investigación y determinan una nueva forma de pintar. Se juntan varias cosas: una mancha que casi no se toca con brochas o paletas, pero que también necesita ciertos trazos y ciertas huellas. Así, se comienzan a generar capas y lecturas, aparecen los trazos, las huellas, los signos, los gestos, la mancha y la impronta. Del signo circular a la huella. Se funde el color. El gesto le da sentido, le otorga una intensión”.

“Finalmente, el borde pasa a ser un puente entre lo circular y la mancha. Hay una tensión entre el borde… ahí se resuelve el círculo.
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