sábado, 25 de marzo de 2000


“Desnudar los ojos” presenta cuadros que fueron escogidos uno a uno por las galeristas María Elena Comandari y Rosita Lira junto a Germana Matta en el taller del artista en París y Tarquinia. Oleos, pasteles, aguatintas, dibujos y acrílicos de grandes dimensiones como “Vievrante”, “Porque la vista se pierde de vista”, “Le feu en feu”,”Esto es ahoranza” o “Desnudar los ojos”, se podrán apreciar en esta importante muestra. “En ellas ronda esa permanente conciencia, fuerza y fragilidad del universo y de quienes lo habitamos, que Matta pintó, esculpió y escribió casi con la misma velocidad y riqueza como se sucedían la noche y el día de su existencia. Hurgó en la tierra, en el cielo y en el cosmos, desarrollando una poética de las formas visibles, invisibles, arquitectónicas, humanas y siderales. Y, en morfologías o estallidos de color, donde el óleo, el acrílico, el lápiz, la mano, la brocha, el teclado del computador y el ojo – su privilegiado ojo ciclópeo- propusieron una nueva y muy única cosmovisión de la humanidad. Era un biógrafo de la naturaleza y del hombre”, señala la periodista y crítico cultural Luisa Ulibarri en el texto del catálogo de la exposición.

“Matta es como un manantial siempre nuevo, nunca podemos bañarnos dos veces en el mismo Matta”, apunta Germana Matta, su albacea.
En 2002, en Civitavecchia, Italia, el artista había inaugurado su última exposición “Sin título”, en el Museo D’Ulises de Roma, con 50 pinturas y otras tantas esculturas que más que cerrar el círculo de lo que fue su creación, abría las puertas del infinito, y el pasaje eterno a la inmortalidad.

En 2006, fue el destacado escritor Roberto Fernandez Retamar quien presentó El Año de Matta en la Casa de las Américas de Cuba, señalando que “hasta el final, la entrañable amistad del artista con ese país no perdió una gota de frescura, ingenio y carácter hermosamente atrabiliario, al igual que su pintura”. La exposición, con debates, conferencias y un público entusiasta y abundante, juntó óleos, dibujos, grabados, sillas, objetos, revistas de vital trascendencia en el siglo XX que fueron proyección hacia el futuro en el pensamiento creativo, la universalidad y el compromiso de Matta con el arte y el tiempo.

Tapez dans l’oeil/ C’est urgent d’atteindre”, realizada en la galería Claude Bernard de París entre octubre de 2007 y enero de 2008 con obras de los años 60, partituras, fotos, textos intervenidos, pentagramas, flores - hasta su serie con el autorretrato de Matta realizada en 2002, hizo una revisión siempre renovada, asombrosa y tremendamente lúdica de la pintura de Matta.

“En la serie de Mattalogos y de “Notebook ” yo intento mostrar el pasaje de las intuiciones y las preocupaciones de Matta hacia los signos de su imaginario”, escribe Germana en la presentación del luminoso ejemplar que ella misma bautizó, engendró y le dio vida. François Chapon, ensayista y crítico de arte reflexiona en su texto introductorio: “Matta tenía el don de la mutación casi mágica del lenguaje, dislocaba y convertía en parecidos el verbo tradicional y los idiomas inventados, quebrantaba gozosamente las raíces eruditas en beneficio de juegos de palabras que le proporcionaban el placer de la trasgresión de toda lógica establecida, y de dar un significado al campo de su experiencia”.

Para Marcel Duchamp, amigo y admirador del artista chileno, la coloración esencial de estos trazos que marcan la travesía de todo genio, marcarían en la obra de Matta “la sorpresa inherente al brillo de este explorador de las regiones del espacio”.

“Esa sorpresa y ese asombro que irradiaron hasta hace pocos meses las muestras de FIAC y la de la cincuentenaria galería Claude Bernard, ubicada en la el 7-9 de la Rue des Beaux Arts de París, sin duda se trasladarán esta vez y con otras obras a la galería de calle Alonso de Córdoba en Vitacura, a “Desnudar los ojos”, con la invitación abierta de abrirlos bien grandes frente a tan valioso y decisivo patrimonio”. Y ”a disfrutar del encantamiento que provocan estas obras nacidas entre París y Tarquinia, y donde quizás más que nunca el gesto, la paleta y la impenitente curiosidad de Matta emerge en obras de sutiles transparencias, a través de una poética pictórica y narrativa que contiene las claves de su obra desde el comienzo al final de su casi centenaria existencia” señala Ulibarri.
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