Malvar fue la primera artista chilena en teorizar sobre la abstracción geométrica. Admiradora de Picasso y el cubismo, sus obras –de clara vocación constructivista- son muy escasas y denotan la cercanía de la autora con las vanguardias europeas.Posteriormente, en los años 30, Hernán Gazmuri -un artista que como Malvar había vivido en París- ejerció un rol notable al fundar la cátedra cubista y, aunque fue despedido de la Academia de Bellas Artes, siguió enseñando y se convirtió en el maestro de Lily Garafulic, escultora que abraza la geometría en diferentes períodos de su obra. En esta etapa también es importante destacar a Hernán Larraín Peró, Ana Cortés y Carlos Sotomayor, verdaderos precursores de este nuevo lenguaje en nuestro país.En 1953 se forma el grupo Rectángulo, liderado por Ramón Vergara Grez, un inquieto y complejo pintor que tuvo como maestros a artistas formados en París. Participan, entre otros, Gustavo Poblete, Carmen Piemonte, Matilde Pérez y Kurt Herdan, consolidando al grupo como el primero en Chile dedicado por completo a la investigación del género. Más tarde, se les une Mario Carreño, el pintor de origen cubano de reconocimiento internacional que llegó a Chile en 1958 y fundó la Escuela de Arte de la Universidad Católica. En 1960, y ante la irrupción del movimiento informalista, el grupo entra en un período de crisis, pero bajo la perseverancia de Vergara Grez, vuelve a reamarse como Forma y Espacio, con la incorporación de otros artistas. En este mismo período, algunos integrantes de Rectángulo, deciden ir aún más allá y utilizar la geometría como lenguaje móvil, es decir, crear obras en movimiento. Surge entonces el grupo Cinético, integrado por Matilde Pérez, Alicia Blanche, Domingo Muñoz y Alejandro Siña.
Por otra parte, ajenos a los planteamientos concretos y al predominio de la razón por sobre la emoción, hay artistas que utilizan la forma pura desde la experiencia precolombina. Se trata de obras ligadas a la geometría natural, al orden espacial de la naturaleza. Nos encontramos aquí con artistas como Marta Colvin, Ricardo Yrarrázaval y Federico Assler y en la misma línea, Marco Correa, un extraordinario diseñador, que irrumpe con propuestas enraizadas en la geometría vernácula.
A finales de los setenta se produce un agotamiento de esta tendencia y el medio se inclina por un arte más conceptual y político. No obstante, surgen algunos creadores que, sin encasillarse en grupos, investigan y ejercitan en forma individual, alcanzando nuevos estados del arte constructivo, como el caso de Patricio Court o Carolina Edwards. Desde entonces, la búsqueda de formas puras sigue cobrando adeptos. Más aún ahora, en que el mundo redescubre y revaloriza el género. Prueba de ello es la fuerte presencia de arte geométrico en galerías y ferias internacionales. En la escena local, la vigencia va de la mano de artistas que han sabido reinterpretar los códigos y adaptarlos a lenguajes más contemporáneos, como Ximena Mandiola, Malú Stewart, Andrés Vio, Cristóbal Guzmán o Andrés Hermosilla. Todos ellos habitan ese poético país al que se refirió Sara Malvar hace ya 89 años y que a lo largo del siglo pasado y en lo que va de éste ha sabido reinventarse y reestructurarse muchas veces, evolucionando a la par de la razón y emoción humana.
Fecha: Hasta el 2 de mayo de 2010
Lugar: Salas del segundo piso Corporación Cultural de Las Condes
Avda. Apoquindo 6570
Teléfono: 56-2-366 93 93
Horario: martes a domingo, 10.30 a 19.00 horas
Santiago de Chile