En 1921 la artista Sara Malvar utilizó un complejo sistema de planos y líneas para ilustrar el poema Moulin de Vicente Huidobro. Este hito, que desafió la escena local, se constituye en el punto de partida de un movimiento plástico que se extenderá durante todo el siglo XX, que como todo movimiento tendrá períodos de mucha productividad y otros de franco receso y que en está primera década del siglo XXI, ha demostrado su valor, aporte y plena vigencia.
A finales de los setenta se produce un agotamiento de esta tendencia y el medio se inclina por un arte más conceptual y político. No obstante, surgen algunos creadores que, sin encasillarse en grupos, investigan y ejercitan en forma individual, alcanzando nuevos estados del arte constructivo, como el caso de Patricio Court o Carolina Edwards. Desde entonces, la búsqueda de formas puras sigue cobrando adeptos. Más aún ahora, en que el mundo redescubre y revaloriza el género. Prueba de ello es la fuerte presencia de arte geométrico en galerías y ferias internacionales. En la escena local, la vigencia va de la mano de artistas que han sabido reinterpretar los códigos y adaptarlos a lenguajes más contemporáneos, como Ximena Mandiola, Malú Stewart, Andrés Vio, Cristóbal Guzmán o Andrés Hermosilla. Todos ellos habitan ese poético país al que se refirió Sara Malvar hace ya 89 años y que a lo largo del siglo pasado y en lo que va de éste ha sabido reinventarse y reestructurarse muchas veces, evolucionando a la par de la razón y emoción humana.
Malvar fue la primera artista chilena en teorizar sobre la abstracción geométrica. Admiradora de Picasso y el cubismo, sus obras –de clara vocación constructivista- son muy escasas y denotan la cercanía de la autora con las vanguardias europeas.Posteriormente, en los años 30, Hernán Gazmuri -un artista que como Malvar había vivido en París- ejerció un rol notable al fundar la cátedra cubista y, aunque fue despedido de la Academia de Bellas Artes, siguió enseñando y se convirtió en el maestro de Lily Garafulic, escultora que abraza la geometría en diferentes períodos de su obra. En esta etapa también es importante destacar a Hernán Larraín Peró, Ana Cortés y Carlos Sotomayor, verdaderos precursores de este nuevo lenguaje en nuestro país.En 1953 se forma el grupo Rectángulo, liderado por Ramón Vergara Grez, un inquieto y complejo pintor que tuvo como maestros a artistas formados en París. Participan, entre otros, Gustavo Poblete, Carmen Piemonte, Matilde Pérez y Kurt Herdan, consolidando al grupo como el primero en Chile dedicado por completo a la investigación del género. Más tarde, se les une Mario Carreño, el pintor de origen cubano de reconocimiento internacional que llegó a Chile en 1958 y fundó la Escuela de Arte de la Universidad Católica. En 1960, y ante la irrupción del movimiento informalista, el grupo entra en un período de crisis, pero bajo la perseverancia de Vergara Grez, vuelve a reamarse como Forma y Espacio, con la incorporación de otros artistas. En este mismo período, algunos integrantes de Rectángulo, deciden ir aún más allá y utilizar la geometría como lenguaje móvil, es decir, crear obras en movimiento. Surge entonces el grupo Cinético, integrado por Matilde Pérez, Alicia Blanche, Domingo Muñoz y Alejandro Siña.
Por otra parte, ajenos a los planteamientos concretos y al predominio de la razón por sobre la emoción, hay artistas que utilizan la forma pura desde la experiencia precolombina. Se trata de obras ligadas a la geometría natural, al orden espacial de la naturaleza. Nos encontramos aquí con artistas como Marta Colvin, Ricardo Yrarrázaval y Federico Assler y en la misma línea, Marco Correa, un extraordinario diseñador, que irrumpe con propuestas enraizadas en la geometría vernácula.
A finales de los setenta se produce un agotamiento de esta tendencia y el medio se inclina por un arte más conceptual y político. No obstante, surgen algunos creadores que, sin encasillarse en grupos, investigan y ejercitan en forma individual, alcanzando nuevos estados del arte constructivo, como el caso de Patricio Court o Carolina Edwards. Desde entonces, la búsqueda de formas puras sigue cobrando adeptos. Más aún ahora, en que el mundo redescubre y revaloriza el género. Prueba de ello es la fuerte presencia de arte geométrico en galerías y ferias internacionales. En la escena local, la vigencia va de la mano de artistas que han sabido reinterpretar los códigos y adaptarlos a lenguajes más contemporáneos, como Ximena Mandiola, Malú Stewart, Andrés Vio, Cristóbal Guzmán o Andrés Hermosilla. Todos ellos habitan ese poético país al que se refirió Sara Malvar hace ya 89 años y que a lo largo del siglo pasado y en lo que va de éste ha sabido reinventarse y reestructurarse muchas veces, evolucionando a la par de la razón y emoción humana.
Fecha: Hasta el 2 de mayo de 2010
Lugar: Salas del segundo piso Corporación Cultural de Las Condes
Avda. Apoquindo 6570
Teléfono: 56-2-366 93 93
Horario: martes a domingo, 10.30 a 19.00 horas
Santiago de Chile